Al verdadero Squall: Matías Presta
“La realidad no es otra cosa que la capacidad de engañarse que tienen nuestros sentidos”.
Albert Einstein
“La realidad no es otra cosa que la capacidad de engañarse que tienen nuestros sentidos”.
Albert Einstein
Generalmente los estudiantes a Seeds son personas dejadas, holgazanes que duermen todo el día y viven de noche. El problema reside en que el Centro de Entrenamiento (donde se encuentran las animalias que estos necesitan para superarse a sí mismos) cierra por las noches, lo que genera que ellos salgan en busca de otros lugares para entrenar.
En necesario hacer un reparo en este punto: está estrictamente prohibido abandonar el Jardín de noche sin previa autorización. A lo que veníamos diciendo de los Seeds, hay que sumarles el adjetivo desobedientes, ya que ninguno respeta la norma.
Es decir que burlan a los ostentosos guardias, con alguna triquiñuela: uno le presentaba un juego de manos o reta a un juego de cartas, mientras los demás rajan como ratas por tirantes.
Lo curioso es que, volviendo a la holgazanería de que hablábamos, los estudiantes no eran capaces de alejarse no más de unos pocos kilómetros del Jardín. Solo los que contaban con un auto o sabían montar chocobos iban hasta Timber. Los demás no abandonaban las cercanías de la escuela.
Esto, hacía que la playa, el bosque, la Cueva de Ifrit se vieran repletos de jóvenes que buscaban algo más que diversión. Era tal el tumulto y la algarabía en esos lugares que muchas veces los aspirantes a temerarios confundían a sus prójimos con bestias y se terminaban peleando entre ellos; hasta que alguien se avivaba y los separaba.
Se dice que entre ellos había una apuesta para ver quién mataba más veces a Ifrit, el demonio de fuego. Lo dicho, hacía enfurecer tanto al guardían de la cueva que por la mañana los novatos lo encontraban enojadísimo; costaba el doble o el triple derribarlo. Algunos dicen que lo hacían a propósito, incitados por sus propios instructores, como bienvenida al oficio.
Una noche, Squall se encontraba entrenando en el bosque junto con otros estudiantes a quien, dicho sea de paso, no conocía. El lugar estaba repleto, habían puesto música y se vendía alcohol. Digamos que el clima no era el más adecuado para entrenar, pero créanme que había cosas peores.
En ese momento había encontrado a unos mosquitos, pan comido para un guerrero como él. No había terminado de matarlos que aparecieron unos vagos azuzados por un gran Tiranosaurio Rex. Para hacer lugar le mataron los mosquitos, quedándose con su experiencia y drop.
_¿Hey, qué tal una doma de dinosaurio?_ propuso uno de ellos.
_..._
Squall dejó el bosque, se sentó en la hierba a la luz de la luna y se prendió un cigarro. Desde ese punto se podía ver todos los lugares de la isla de Balamb, desde Timber, hasta la playa. Corría una brisa fresca que lo adormecía.
De repente, escuchó ruido a maleza. Alguien salía del bosque, obligandolo a desenfundar su sable revolver. Los goblins, entre otras bestias, suelen merodear por esos páramos.
Extrañamente, apareció un muchacho, desarmado y vestido con ropas muy raras. Tenía los ojos levemente achinados, un poco rojos quizás de estar tanto tiempo expuesto al tufo del bosque. Parecía confundido.
_¿Quién vive?_ preguntó Squall
_Bajá el arma, yo estaba saliendo del boliche, la máquina de humo largó un chorro y cuando crucé la puerta aparecí acá_
_Seguro, y yo me llamó Seifer, ¿quién eres? Seguro un espía de otro Jardín_
_ No, no, boludo, yo te conozco, vos sos mi ídolo, pero me perdí, no sé qué hago acá, me llamo Matías_
_Ahh, ahora que lo dices me pareció haber ver tu nombre entre la lista de novatos. Bajaré el arma, pero te advierto que no hagas movimientos extraños porque mi sable revolver estaré presto a nockearte_
_Ok, debo estar soñando, pero quisiera antes de despertar hacerte una pregunta_
_Dos…_
_Decime ¿cómo puedo ser como vos, cómo puedo hacer para no despertar nunca de este sueño y pelear a tu lado codo a codo, como tu escudero?
_ ¿Cómo dices? esto no es un sueño, y óyeme: ¿cómo sabes mi nombre y ostentas ser mi idólatra?_
_Hey, vos sos Squall, sos el mejor personaje de videojuegos que se haya creado_
_¿Videojuegos?_
_Si, de Squaresoft, esa compañía son unos genios. Ahh, quisera decirte tantas cosas, pero bueno…_
_¡Hey, espera, a dónde vas, quién es Squaresoft, está el jardín en peligro, espera Matías!
Squall despertó exaltado balbuceando el nombre de Matías. Ya estaba amaneciendo y los estudiantes de Seed regresaban a sus habitaciones a terminar con la vigilia.
Jajajaja que grande, la historia privada ahora publicada (?) flashaste un poco y no me gusto lo del faso!! pero el resto muy bueno jaja, me dieron ganas de viciar al FFVIII! Abrazo melli
ResponderEliminarMe alegro que te hay gustado. ¡Flashear y el faso van de la mano, cuak!
ResponderEliminar¡A ver cuando sacás "Batalla de Dollet"!