jueves, 17 de marzo de 2011

El Derrocamiento de la Poesía



"Los hombres no deben llorar… "
Juan-Dolores Llanto



Después del estado de sitio, se declaró el golpe de estado. Se disolvió la sociedad de poetas nacionales y en su lugar asumió un presidente de facto.
La primera maniobra fue censurar todo libro de poesía y quemar todo papel dónde se pudieran escribir versos. La ciudad fue pintada de blanco, el cielo de gris. Todo era una misma cosa, una ciudad lisa y llana, sin referencias. Por las noches las estrellas molestaban, por eso las bajaron una por una.
Los insurrectos contestaron y empezaron a escribir en verso sobre el fondo blanco. Primero los edificios principales, después las plazas, los teatros y los estadios. Los dictadores salieron a reprimir con autobombas, mas los poetas rescribían sobre el blanco, y cada vez lo hacían mejor.
Así la ciudad retomó sus colores, sus imágenes, sus metáforas, sus referencias al fin. Pero algo faltaba, el cielo aún seguía gris… El problema estaba en que ningún poeta podía llegar hasta allí con su pluma. Y lo que escribían los aviones, al tiempo se lo llevaba el viento.
Es por eso que los insurrectos irrumpieron en el planetario, sacaron las estrellas de allí y las volvieron a colgar en el cielo. Ahora, la inspiración fue tan grande que de una sinalefa el cielo se tornó celeste de día y azul de noche. La dictadura terminó y fue electo un presidente del partido modernista…

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"Yo no te pido que me bajes una estrella azul
solo te pido que mi espacio llenes con tu luz":