lunes, 14 de marzo de 2011

La lista, el viejo y Dios



Cuenta la historia, que en una ocasión un viejo enfermó, y levantando las manos al cielo, imploró ayuda a Dios. Éste escuchando su súplica, descendió de los cielos para socorrerlo.
El hombre, al verlo, se asustó mucho, más Dios le dijo que no temiera, que él era su creador. Ni bien se le pasó el susto, el enfermo comenzó a pasar boleta de todo los males que lo aquejaban.
Dios, en voz alta, pidió silencio y le propuso un trato a su criatura.
_Aquí te doy una lista de todas las enfermedades del mundo_ le dijo_ tómala y elige la que más te plazca para venir conmigo…_
_Pero…_ protestó el hombre.
Para desgracia del tipo, Dios, al terminar de hablar, había desaparecido. En su lugar, había dejado un largo papiro, con una larga lista con todas las enfermedades del mundo. El hombre la tomó y empezó a leerla desconcertado. Había enfermedades de nombres larguísimos y que nunca había escuchado en su mismísima vida.
Enojado, encendió el hogar de su casa y se propuso a tirar al fuego el largo papiro.
_Yo no haría eso si fuera tu…_ dijo una voz muy suavecita.
El viejo levantó la vista, y sobre la mesa ratonera vio a una persona muy hermosa que estaba rodeada de luz, la luz más hermosa que habían visto sus ojos.
_Hola hermano _le dijo éste_ soy tu ángel de la guarda. Estoy aquí para ayudarte con tu elección.
_¿Hermano?_ le respondió el hombre_ casi me matas de un susto… Pero bueno, ayúdame a descifrar este acertijo.
_Con gusto…_
_A ver dime, que tal ésta: disnea…_
_Parece que no conoces mucho de enfermedades…_
_Ok, entonces no. Qué tal: esputo. Pero pensándolo bien, no si tiene que ver con la homosexualidad…_
_Nada más lejos de la realidad…_
_Ok, ¿y escorbuto?_
_Puede ser… ¡Ay no, tu no!_
En ese momento el ángel desapareció y con él su brillante luz. Se sintió un fuerte olor a perfume; la puerta se abrió y por ella entró un tipo vestido de traje y galera.
_Buenos días señor, mi nombre es Sr. Belcebú_ dijo el diablo dejando su galera en el perchero_ vengo a traerle la solución a su problema_
_¿En serio…?_
_¿No sabe ustedes que mentir es un pecado? Ahh, cierto que usted no es creyente_
_Escucheme, no puede hacer que todo esto termine, que me sane y que pueda seguir viviendo. Usted me entiende, aunque sea por mano izquierda…_
_Por eso estoy aquí. Vengo a traerle el elixir de la vida, el secreto más buscado por los descubridores. Lo único que tiene que hacer es poner su alma en hipoteca y firmar aqui.
_ Si, seguro… ¿aquí?
El viejo firmo, y el diablo tomó su galera del perchero.
_El secreto es que sumerjas el papiro en agua_ le dijo_ así las enfermedades se borrarán y tu tendrás una vida poco agitada_
Al decir eso el diablo se esfumó.
Estaba el hombre llenando el lavatorio con agua cuando la voz suavecita habló.
_¿Qué te dijo ese cretino?_
_Nada…_
_¿Qué estás haciendo?_
_Nada…_
_A mi no me puedes mentir, soy parte de tu conciencia…_
Cuando el lavatorio estuvo lleno, el hombre sumergió el papiro en el agua con tanta mala suerte que al sacarlo no sucedió nada.
_¡No puede ser…!_ gritó el hombre asombrado.
_Si, mi hermano_ dijo el ángel_ el viejo Bel te ha timado. Pero no te preocupes, no puedes hipotecar tu alma, porque ya está hipotecada…_
_Ay, Dios… me siento tan mal. Me estoy mareando y si me lo permites me voy a acostar…_
_No, no puedes hacer eso… El jefe me envió especialmente para ayudarte con tu decisión_
_Entonces, sírveme un poco de agua fresca, sino no podré seguir esta conversación…_
El ángel de la guarda acostó a aquel que tenía bajo su cuidado en la cama, lo arropó y le dio de tomar fresca agua.
_Gracias_ le dijo el viejo.
_¿Y bien…?_ respondió el angel.
_Estaba pensando… ¿qué tal morir de desnutrición?_
_Pocos mueren de desnutrición, y en cambio muchos de excesos; pero como tú quieras, es tu decisión_
_No, no, espera… No ayuno y quiero morir de desnutrición… ¿qué tal algún cancercito indoloro?_
_¿Cómo cuál?_
_Cancer de pulmón, siempre fui fumador…_
_Pero no por eso mereces morir de aquello. Te reitero que es tu decisión. Vete apurando que se nos acaba el tiempo; vivimos en un vida temporal, el tiempo vale oro ¿me estás escuchando?_
El viejo se había quedado dormido.
Su ángel de la guarda le besó la frente (como todas las noches) y notó que dormía apaciblemente. Es por eso que decidió dejarlo seguir durmiendo tranquilo el sueño de las almas.

*Oleo: Pietro Perugino

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solo te pido que mi espacio llenes con tu luz":