domingo, 22 de agosto de 2010

Mirando marte




El sol se puso rojo, tanto que todos creimos que era marte. Luego se fue desplazando hacia el horizonte donde la niebla lo deshizo. A su reemplazo llegó la luna tan blanca grande y brillante que todos creimos ver de saturno sus anillos. Luego, se fue desplazando hacia el centro del cielo alejándose de las tinieblas y así fue que la noche se hizo. Allí, después de haber tomado vino de mujer y habernos mirados las caras, la luna se oxidó dándole paso al alba. Y con ella a la mañana...


2 comentarios:

"Yo no te pido que me bajes una estrella azul
solo te pido que mi espacio llenes con tu luz":