Hubo un dicusión muy grande en el camerino entre el oficial que aconsejó el viraje y el capitán. Este último salió muy enojado de la habitación indicando que no se modificara el curso. La tripulación se sobresaltó, pero él explicó: "¿Piensan que adonde yo los llevo no hay riquezas ni bellas chicas?" Los hombres entendieron el mensaje pero renegaron al volver a sus tareas. El hombre gruñión del que les hablaba me silvó para que valla dónde él. "Olvida todo lo que he dicho, siempre tuve la razón", dijo. Y en su rostro se pudo volver a ver el gesto de desprecio que siempre...
¡Suficiente!
Les comento que no me voy nada, vuelvo con el rabo entre las piernas.
Lo que me costó irme, me costó volver.
Así es la cosa
Sientensé y relájense
¡Cuentensé un chiste viejo, para animar la fiesta
Andá y sacala a bailar a aquella muchacha
Toquese otra maestro!
Saludos
¡Eso es todo!
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"Yo no te pido que me bajes una estrella azul
solo te pido que mi espacio llenes con tu luz":